Cuando vayas de la mano por la calle, con ella.
Cuando te acuestes y al cerrar los ojos me recuerdes.
Cuando al sentarte a la mesa a comer , y al servir la bebida se suba el gas, te acordarás de meterle el dedo para que se baje; porque así te lo enseñé.
Así cuando pasen las horas de tus días, verás que yo tenía razón.
No hay comentarios:
Publicar un comentario